La práctica de la astronomía latinoamericana profesional durante el Siglo XX tiene una peculiaridad que la distingue del resto del mundo. Más del 70% de los astrónomos fueron previamente aficionados a la disciplina o se vincularon con entidades locales que agrupaban a los mismos. Inclusive, se han dado casos extremos, como el de Jorge Bobone, aficionado que llegó a ocupar la dirección de uno de los institutos astronómicos más prestigiados del mundo, como el Observatorio Astronómico de Córdoba, no por causas ajenas a la astronomía misma, sino por mérito astronómico propio. Debemos también recordar a Alejandro Adolfo Völsch, entre los muchos demasiado extenso a enumerar en Latinoamérica, que pasaron a integrar los planteles profesionales de los observatorios, sin desmedro de la función o el prestigio institucional…
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