Federico Percy Symonds

Fotógrafo del Observatorio Nacional Argentino

(Actualización 20/2/2023)

Santiago Paolantonio

En 1887, por iniciativa del director del Observatorio Astronómico de París, el almirante Ernest Mouchez, apoyado por la Academia de Ciencia Francesa, propone la realización de un atlas fotográfico de todo el cielo, proyecto al que se denominó Carte du Ciel.

Dada la magnitud de la ambiciosa empresa, solo podía concretarse a través de una cooperación internacional. Se planteó dividir el trabajo entre una veintena de observatorios, cada uno de los cuales se haría cargo de fotografiar una zona del cielo, delimitada en declinación. Conseguir las instituciones necesarias en el hemisferio sur fue todo un problema, dado los pocos observatorios en esa parte del mundo existentes en aquel momento. De América del sur se invitó a los de Río de Janeiro, Santiago de Chile y en Argentina al de la ciudad de La Plata.

Por diversas causas, entre las que se cuenta la grave enfermedad que afectó al director de la institución – el francés Francisco Beuf – hasta su fallecimiento, el Observatorio de La Plata no pudo dar comienzo a las tareas asignadas.

Por ello, para la reunión del comité que organizaba el emprendimiento realizada en 1900 en París, el gobierno argentino ofrece que el Observatorio Nacional tome a su cargo la zona que había sido asignada anteriormente al de La Plata[1], propuesta inmediatamente aceptada.

Federico Percy Symonds en 1912 (Archivo OAC, digitalizada por el autor)

Luego de la compra del telescopio astrográfico con el que se realizarían las tomas fotográficas, John Thome, director del Observatorio Nacional Argentino, contrata los fotógrafos necesarios para llevar adelante los trabajos, entre los que se encontraba el joven Federico Percy Symonds White, nacido en Inglaterra (Londres) el 26 de agosto de 1879.

El 13 de mayo de 1902, Symonds junto a otros dos fotógrafos[2], principian los ajustes del telescopio y las pruebas correspondientes. Poco después, comienza la obtención de las fotografías para la primera parte del proyecto, el Catálogo Astrográfico, destinado a la determinación de las posiciones de todas las estrellas hasta la magnitud 14. Esta actividad finaliza el 29 de diciembre de 1913. Symonds realizó a lo largo de la misma 316 placas. A continuación, se dio inicio a las tomas destinadas al gran mapa del cielo, la Carte du Ciel. En esta segunda etapa, lograr las fotografías requería mayor trabajo que en la anterior, dado que cada una requería tres exposiciones de 20 minutos. El lograr los centenares de fotografías requeridas, demandó hasta octubre de 1924 – algunas faltantes se realizaron en 1926 –. Esta vez Symonds colaboró con la obtención de 175 placas.

Señalado por la flecha, F. Symonds en 1915. A la izquierda, otro de los fotógrafos, Robert Winter (Caras y Caretas 1915)

Otro de los trabajos que realizó Symonds en la institución se relacionó con el Halley, durante su paso de 1910. En la límpida noche del lunes 18 de abril, luego de realizar varias exposiciones para el Catálogo Astrográfico, logra la primera fotografía útil del cometa. Además, efectuó mediciones de las placas para la determinación de posiciones del núcleo del cometa, mientras que la Dra Ana Glancy llevó adelante los cálculos correspondientes. Posteriormente, Symonds participó de trabajos similares que involucraban otros cometas, entre los cuales puede destacarse el de Mellish de 1915.

En esa década de 1910, Symonds se naturaliza argentino.

También participa en los estudios sobre calidad de cielo, relacionados con la búsqueda de sitio para el emplazamiento del gran telescopio de 1,5 metros – hoy ubicado en Bosque Alegre –.  En 1913, utilizando un telescopio de 10 cm de abertura, realiza para este fin numerosas placas fotográficas en Casa Bamba, Cañada de Gómez, Río Ceballos, Pampa de San Luis, San Esteban y Mediolaza, emplazamientos localizados en las sierras de la provincia de Córdoba.

En 1927, cuando el trabajo de la Carta del Cielo estaba prácticamente terminado, Federico Symonds se jubila, y su puesto fue ocupado por José Tretter. Se trata de uno de los primeros empleados del observatorio en acogerse a este beneficio[3]. Con solo 48 años de edad, se emplea en la Empresa de Tranvías.

Nota en la que el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (del que dependía el Observatorio) comunica la designación de José Tretter en reemplazo de F. Symonds, con motivo de su jubilación (Archivos OAC).

Federico Percy Symonds White era anglicano, se casó Gabriela Olivie, nacida en Francia, con la que tuvo cuatro hijas, Elena Luisa, Luisa Ofelia, Olga Margarita y Silvia Inés (Actualización 20/2/2023)[4].

Entre el personal contratado, destinado a los trabajos de medición de placas, se encontraban Hilda G. Symonds, entre 1909 y 1921, y Phylis G. Symonds. entre 1909 y 1914, posiblemente hermanas del fotógrafo (modificado 20/3/2023).

Otro episodio de la astronomía trágica

A menos de dos años de su jubilación, en la mañana del 9 de septiembre de 1929, Symonds junto a su compañero de trabajo, Ambrosio Ricciardi, transportaban una pequeña bolsa con la recaudación del día, poco más de 6.000 pesos. Cuando llegaron a la esquina de las calles Mariano Moreno y Caseros, intersección ubicada a pocos metros de la casa de Symonds, a plena luz de día fueron sorprendidos por dos asaltantes. Aparentemente, ante un ademán realizado por Symonds, que fue interpretado como que extraía un arma, un tercer asaltante le efectúa un tiro. Herido gravemente, camina unos pasos en dirección a su domicilio hasta caer sin vida, mientras los asesinos se daban a la fuga en un automóvil conducido por un cuarto integrante de la banda.

La ciudad quedó convulsionada ante el bárbaro crimen, se trataba de una nueva modalidad delictiva, el asalto diurno y la utilización del automóvil para huir. Fue en esta oportunidad, que se utilizó por primera vez en Córdoba un aeroplano para tratar de identificar y detener el vehículo en que viajaban los delincuentes.

Arriba, lugar en que ocurrió el asalto, la línea punteada marca el camino que recorrió Symonds luego de ser herido. Abajo, una multitud de curiosos frente a la casa de Symonds (señalada con una flecha) a pocos metros del lugar de los hechos (La Voz del Interior, 10/9/1929).

(La Voz del Interior, 10/9/1929)

(La Voz del Interior, 10/9/1929)

Federico Percy Symonds no pudo ver publicados los estudios sobre el Halley con los que colaboró, ni más de la mitad de lo realizado para el Catálogo Astrográfico. Se trata de otro trágico acontecimiento para agregar a la lista de la astronomía trágica.

Sus restos descansan en el cementerio “de los disidentes”, hoy “del Salvador”.

Tumba de Federico P. Symonds, Cementerio del Salvador, Córdoba (S.P.) (Actualización 20/2/2023).

Notas

[1] ← Tampoco los observatorios de Santiago de Chile y Río de Janeiro pudieron realizar los trabajos. Cuando el director del Observatorio Nacional Argentino es autorizado para llevar adelante esta tarea, es condicionado a que no se haga cargo de la zona que había sido dejada por Chile, dado los conflictos existentes con este país por cuestiones de límites.

[2] ← También estaban Roberto Van Dyte, quien 1909 deja el observatorio para dedicarse a su propio negocio como fotógrafo, y Robert Winter, otro inglés que acompaña a Symonds hasta el final de los trabajos de la Carte du Ciel.

[3] ← El primero en hacerlo fue ayudante Juan Dressen en 1914.

[4] ← El autor agradece la información brindada por los nietos del fotógrafo, Federico Moyano Symonds, Mario Remorino y Guillermo de Almeida Symonds.

Bibliografía

Este documento, texto e imágenes, está protegido por la propiedad intelectual del autor. Puede hacerse libre uso del mismo siempre que se cite adecuadamente la fuente:

Paolantonio, S. (2010) Federico Percy Symonds, Fotógrafo del Observatorio Nacional Argentino . Disponible en https://historiadelaastronomia.wordpress.com/astronomos-argentinos/symonds/. Recuperado el (indicar la fecha).

No se autoriza el uso de la presente obra para fines comerciales y/o publicitarios. paolantoniosantiago@gmail.com.

por Santiago Paolantonio

paolantoniosantiago@gmail.com

www.historiadelaastronomia.wordpress.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En 1887, por iniciativa del director del Observatorio Astronómico de París, el almirante Ernest Mouchez, apoyado por la Academia de Ciencia Francesa, propone la realización de un atlas fotográfico de todo el cielo, proyecto al que se denominó Carte du Ciel.

Dada la magnitud de la ambiciosa empresa, solo podía concretarse a través de una cooperación internacional. Se planteó dividir el trabajo entre una veintena de observatorios, cada uno de los cuales se haría cargo de fotografiar una zona del cielo, delimitada en declinación. Conseguir las instituciones necesarias en el hemisferio sur fue todo un problema, dado los pocos observatorios en esa parte del mundo existentes en aquel momento. De América del sur se invitó a los de Río de Janeiro, Santiago de Chile y en Argentina al de la ciudad de La Plata.

Por diversas causas, entre las que se cuenta la grave enfermedad que afectó al director de la institución – el francés Francisco Beuf – hasta su fallecimiento, el Observatorio de La Plata no pudo dar comienzo a las tareas asignadas.

Por ello, para la reunión del comité que organizaba el emprendimiento realizada en 1900 en París, el gobierno argentino ofrece que el Observatorio Nacional tome a su cargo la zona que había sido asignada anteriormente al de La Plata [1], propuesta inmediatamente aceptada.

 

Federico Percy Symonds en 1912

(Archivo OAC, digitalizada por el autor)

 

Luego de la compra del telescopio astrográfico con el que se realizarían las tomas fotográficas, John Thome, director del Observatorio Nacional Argentino, contrata los fotógrafos necesarios para llevar adelante los trabajos, entre los que se encontraba el joven Federico Percy Symonds [2], nacido en Inglaterra el 26 de agosto de 1879.

El 13 de mayo de 1902, Symonds junto a otros dos fotógrafos [3], principian los ajustes del telescopio y las pruebas correspondientes. Poco después, comienza la obtención de las fotografías para la primera parte del proyecto, el Catálogo Astrográfico, destinado a la determinación de las posiciones de todas las estrellas hasta la magnitud 14. Esta actividad finaliza el 29 de diciembre de 1913. Symonds realizó a lo largo de la misma 316 placas. A continuación, se dio inicio a las tomas destinadas al gran mapa del cielo, la Carte du Ciel. En esta segunda etapa, lograr las fotografías requería mayor trabajo que en la anterior, dado que cada una requería tres exposiciones de 20 minutos. El lograr los centenares de fotografías requeridas, demandó hasta octubre de 1924 – algunas faltantes se realizaron en 1926 –. Esta vez Symonds colaboró con la obtención de 175 placas.

 

 

Señalado por la flecha, F. Symonds en 1915. A la izquierda, otro de los fotógrafos, Robert Winter (Caras y Caretas 1915)

 

Otro de los trabajos que realizó Symonds en la institución se relacionó con el Halley, durante su paso de 1910. En la límpida noche del lunes 18 de abril, luego de realizar varias exposiciones para el Catálogo Astrográfico, logra la primera fotografía útil del cometa. Además, efectuó mediciones de las placas para la determinación de posiciones del núcleo del cometa, mientras que la Dra Ana Glancy llevó adelante los cálculos correspondientes. Posteriormente, Symonds participó de trabajos similares que involucraban otros cometas, entre los cuales puede destacarse el de Mellish de 1915.

En esa década de 1910, Symonds se naturaliza argentino.

También participa en los estudios sobre calidad de cielo, relacionados con la búsqueda de sitio para el emplazamiento del gran telescopio de 1,5 metros – hoy ubicado en Bosque Alegre –.  En 1913, utilizando un telescopio de 10 cm de abertura, realiza para este fin numerosas placas fotográficas en Casa Bamba, Cañada de Gómez, Río Ceballos, Pampa de San Luis, San Esteban y Mediolaza, emplazamientos localizados en las sierras de la provincia de Córdoba.

 

En 1927, cuando el trabajo de la Carta del Cielo estaba prácticamente terminado, Federico Symonds se jubila. Se trata de uno de los primeros empleados del observatorio en acogerse a este beneficio [4]. Con solo 48 años de edad, se emplea en la Empresa de Tranvías.

 

Nota en la que el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (del que dependía el Observatorio) comunica la designación de José Tretter en reemplazo de F. Symonds, con motivo de su jubilación (Archivos OAC).

 

 

Otro episodio de la astronomía trágica

 

A menos de dos años de su jubilación, en la mañana del 9 de septiembre de 1919, Symonds junto a su compañero de trabajo, Ambrosio Ricciardi, transportaban una pequeña bolsa con la recaudación del día, poco más de 6.000 pesos. Cuando llegaron a la esquina de las calles Mariano Moreno y Caseros, intersección ubicada a pocos metros de la casa de Symonds, a plena luz de día fueron sorprendidos por dos asaltantes. Aparentemente, ante un ademán realizado por Symonds, que fue interpretado como que extraía un arma, un tercer asaltante le efectúa un tiro. Herido gravemente, camina unos pasos en dirección a su domicilio hasta caer sin vida, mientras los asesinos se daban a la fuga en un automóvil conducido por un cuarto integrante de la banda.

La ciudad quedó convulsionada ante el bárbaro crimen, se trataba de una nueva modalidad delictiva, el asalto diurno y la utilización del automóvil para huir. Fue en esta oportunidad, que se utilizó por primera vez en Córdoba un aeroplano para tratar de identificar y detener el vehículo en que viajaban los delincuentes.

 

 

 

 

Arriba, lugar en que ocurrió el asalto, la línea punteada marca el camino que recorrió Symonds luego de ser herido. Abajo, una multitud de curiosos frente a la casa de Symonds (señalada con una flecha) a pocos metros del lugar de los hechos (La Voz del Interior, 10/9/1929).

 

 

 

 

(La Voz del Interior, 10/9/1929)

 

 

 

 

(La Voz del Interior, 10/9/1929)

 

Federico Percy Symonds no pudo ver publicados los estudios sobre el Halley con los que colaboró, ni más de la mitad de lo realizado para el Catálogo Astrográfico. Se trata de otro trágico acontecimiento para agregar a la lista de la astronomía trágica.

Sus restos descansan en el cementerio “de los disidentes”, hoy “del Salvador”.

 

Notas

 

[1] Tampoco los observatorios de Santiago de Chile y Río de Janeiro pudieron realizar los trabajos. Cuando el director del Observatorio Nacional Argentino es autorizado para llevar adelante esta tarea, es condicionado a que no se haga cargo de la zona que había sido dejada por Chile, dado los conflictos existentes con este país por cuestiones de límites.

 

[2] También se contrata para trabajos de medición de placas a Hilda G. Symonds, entre 1909 y 1921, y Phylis G. Symonds entre 1909 y 1914.

 

[3] También estaban Roberto Van Dyte, quien 1909 deja el observatorio para dedicarse a su propio negocio como fotógrafo, y Robert Winter, otro inglés que acompaña a Symonds hasta el final de los trabajos de la Carte du Ciel.

 

[4] El primero en hacerlo fue ayudante Juan Dressen en 1914.

 

 

Bibliografía

 

La Voz del Interior, martes 10 de septiembre de 1929.

 

Minniti, E. y Paolantonio, S. (2009). Córdoba Estelar, Historia del Observatorio Nacional Argentino. Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba: Córdoba.

 

Paolantonio, S. y Minniti, E. (2008). Historia del Observatorio Astronómico de Córdoba. En Historia de la Astronomía Argentina, Asociación Argentina de Astronomía Book series. pp. 51-167. La Plata.

 

 

 

 

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5 comentarios en “Federico Percy Symonds”

  1. Buenos días
    Me llamo Mario Remorino Symonds
    Mi madre, Silvia Symonds,era la hija menor de Federico Percy Symonds.
    Quiero agradecerle mucho la tan detallada nota referida a mi abuelo que usted ha escrito. Con documentación gráfica y fotográfica. Excelente.
    Le saluda atentamente
    Mario Remorino

  2. Muy agradecido por toda la información que he podido leer hoy y que me ayuda a conocer parte de mi historia. Mi nombre es GUILLERMO ENRIQUE DE ALMEIDA SYMONDS, nieto de Federico Percy SYMONDS. Hijo de la tercera hija de Federico, Olga Margarita Symonds. Atentamente Guillermo de Almeida Symonds.

  3. Guillermo Enrique de Almeida muchas gracias por su comentario, saludos cordiales. Santiago Paolantonio

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