Lo que pocos saben…

Versión septiembre 2018

Santiago Paolantonio

Luego del descubrimiento de Urano por William Herschel en 1781, este planeta fue intensamente estudiado y su órbita calculada con precisión gracias a los esfuerzos de Heinrich  W. Olbers y Carl F. Gauss, así como la simplificación de los cálculos introducida por el italiano Ottaviano F. Mossotti. Los detallados estudios realizados mostraron irregularidades en la órbita de Urano cuyo origen resultaba desconocido.

Lo que pocos saben es que Mossotti fue contratado por B. Rivadavia como profesor de la Universidad de Buenos Aires y que entre 1828 y 1933 administró un pequeño observatorio astronómico que instaló en el Convento de Santo Domingo. En ocasiones colaboraba con él un aficionado a la astronomía llamado Hermann Conrad Dwerhagen, primo del mencionado Olbers, quien publicó en Europa alguna de sus observaciones.

Ottaviano F. Mossotti

Planteando la hipótesis de que las irregularidades del movimiento de Urano eran producto de perturbaciones debidas a un planeta aún no descubierto, el matemático francés Urbain Le Verrier calculó los parámetros probables de su órbita. A partir de estos cálculos, el astrónomo alemán Johann Galle lo ubicó en septiembre de 1846, al que llamó Neptuno. Este descubrimiento fue un notable logro que llevó al matemático francés a la celebridad y aumentó la confianza de la comunidad científica en la teoría de la gravitación de Newton.

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Izquierda: Urbain Le Verrier. Derecha: Gottfried Galle

Lo que pocos saben es que este histórico momento fue registrado por un amigo de Galle, Benjamín A. Gould, un estadounidense que en ese momento se encontraba estudiando en Europa para su doctorado. Este astrónomo, discípulo del mencionado Gauss, años más tarde se convirtió en el primer director del Observatorio Nacional Argentino, institución científica pionera fundada en la ciudad de Córdoba.  Registró la historia del descubrimiento en el Smithsonian Report de 1850: «Report on the history of the discovery of Neptune«.

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Benjamin A. Gould 1856 (Detalle Pintura de T. H. Matteson, Albany Institute of History & Art., Gentileza Dudley Observatory)

Al estudiar la órbita de Mercurio, Le Verrier encuentra que su perihelio cambia de posición, moviéndose en torno al Sol en un período de varios miles de años. Aunque pequeña, esta falta de concordancia mostraba una inconsistencia en la teoría newtoniana.

Para superar las discordancias entre teoría y observación, Le Verrier retomó la hipótesis de la existencia de un planeta desconocido, esta vez ubicado entre Mercurio y el Sol. A partir del valor de la anomalía determinó su posible órbita y masa. Dado el éxito de lo ocurrido con la predicción de Neptuno, la posibilidad de la existencia de este planeta fue tomada muy en serio y hasta se le dio nombre: Vulcano, dios romano del fuego y los metales.

A partir de ese momento Vulcano fue intensamente buscado. Debido a su cercanía al Sol, que dificultaría su observación directa, se intentó detectarlo observando el tránsito del hipotético planeta o durante los eclipses totales de sol.

Si bien, en varias oportunidades se anunció su probable descubrimiento, las investigaciones realizadas por numerosos observatorios dieron resultados negativos.

Lo que pocos saben es que uno de los astrónomos involucrados en esta tarea fue Charles Dillon Perrine, en ese momento empleado del Lick Observatory (EE.UU.), quien también sería a principios del siglo XX director del Observatorio Nacional Argentino. El observatorio cordobés estuvo directamente involucrado en la búsqueda, en oportunidad de la expedición que organizó para el estudio del eclipse total de Sol ocurrido el 16 de abril de 1893.

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Charles Dillon Perrine (Caras y Caretas 1912)

El comportamiento de Mercurio fue posteriormente explicado por la teoría dela Relatividad.AlbertEinstein, quien planteó esta teoría a partir de 1905, realizó varias propuestas para la comprobación de sus predicciones. Seguramente la más conocida, es la relacionada con la curvatura de la luz, que requería la realización de fotografías durante un eclipse total de Sol. El físico alemán, encargó al astrónomo Erwin Freundlich del Observatorio de Berlín organizar las observaciones necesarias.

 

Izquierda: Albert Einstein. Derecha: Erwin Freundlich (http://www.optischertelegraph4.de/telegraphenberg/) (9/2018) [1]

Lo que pocos saben es que Freundlich en 1911 se contactó con el Dr. Perrine, en ese momento director del Observatorio Nacional Argentino, para que le ayude en el emprendimiento. Con este objetivo, se organizaron tres expediciones para la observación de sendos eclipses solares, ocurridos en Brasil en 1912, Rusia en 1914 y Venezuela en 1916.

Lo que ocurrió después, ya es una historia conocida.

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Nota [1] (sept. 2018): el autor agradece a Thomas Loeken por advertirle el error en la fotografía de Erwin Freundlich.

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Paolantonio, S. (2018). Lo que pocos saben…. Disponible en https://historiadelaastronomia.wordpress.com/documentos/lo-que-pocos-saben…/. Recuperado el … (indicar la fecha).

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1 comentario en “Lo que pocos saben…”

  1. Muchas gracias. Es una información muy interesante y valiosa.

    Lo aliento a continuar con tan loable labor

    Carlos Cubas
    Lima Perú

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