Libro de Francisco Latzina “El próximo tránsito de Vénus por el Sol. El 6 de diciembre de 1882”
Santiago Paolantonio
El próximo 6 de diciembre [2022] se cumplen 140 años del tránsito del planeta Venus ocurrido en 1882[1]. Para esa ocasión, se organizó una gran campaña internacional para su estudio, con el propósito de determinar con la mayor precisión posible la paralaje solar y con ella la distancia Sol-Tierra, primer eslabón para establecer las restantes dimensiones del cosmos. Para la historia de la astronomía argentina, este evento tuvo gran importancia, debido a que se instalaron en su territorio numerosas expediciones extranjeras, y la colaboración del gobierno de la provincia de Buenos Aires con las comisiones enviadas por Francia, estuvo vinculada a la creación del segundo observatorio argentino, el Observatorio Astronómico de La Plata. En cuanto al Observatorio Nacional Argentino, en ese momento la única institución de su tipo en el país, prestó poca atención al evento, debido a que su director, Benjamin A. Gould, desde hacía varios años estaba realizando mediciones de la paralaje mediante un método alternativo utilizando la observación de asteroides, que consideraba que brindaba mayor precisión que los pasajes planetarios. Sobre estos eventos hemos escrito en “Dos mil doce” y en el capítulo 9 de Córdoba Estelar, “Estableciendo la distancia al Sol”.


En esta oportunidad, llamamos la atención sobre el libro “El próximo tránsito de Vénus por el Sol. El 6 de diciembre de 1882”, de Francisco Latzina[2], publicado por L. Jacobsen y Ca, Editores en Buenos Aires, en el que se abordan las circunstancias en que ocurriría el fenómeno. Este escrito de 150 página y cuidada edición, es relativamente difícil de acceder, pero gracias a la donación realizada por Julieta Borruel (Cap. Sarmiento, Buenos Aires) al Museo del Observatorio Astronómico de Córdoba el año pasado [2021] , fue posible contar con el mismo y digitarlo, para ahora poder brindarlo a los lectores interesados.
Al momento de la aparición de este libro, Latzina se desempeñaba como Director de la Estadística Nacional. Años antes había trabajado en el Observatorio Nacional Argentino, y evidentemente mantenía un gran interés por las cosas del cielo, así como una amistad con su antiguo jefe, Benjamin Gould, a quien le dedicó el texto. Fue escrito en 1878, cuando Latzina era profesor de Matemáticas Superiores en la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba, y presentado a la imprenta en diciembre de 1881.
Algunos comentarios sobre el libro
El texto se encuentra dividido en cuatro secciones. En la primera se exponen en forma resumida los conocimientos que se tenía del Sistema Solar y nuestro entorno estelar, en la segunda sección se hace referencia al objeto de la observación del tránsito, la determinación de la paralaje, en la tercera se describen las observaciones de estos fenómenos realizadas hasta ese momento, mientras que en la última se abordan las características del tránsito que ocurriría en 1882.
En la primera sección se describen los distintos componentes del Sistema Solar, a partir del Sol y continuando al exterior del sistema. Se inicia con una singular comparación:
Esa grande sociedad de mundos, llamada sistema planetario, en que el Sol es el jefe supremo, los planetas y satélites la alta y baja aristocracia, los cometas la diplomacia, y la inmensa muchedumbre de meteoritos el pueblo, sociedad cósmica, a la par de nuestras sociedades políticas, rinde culto a la fuerza, por la cual es rigurosamente regida.
Latzina 1882, p. 9
El ítem siguiente no se refiere a Mercurio, sino a los “Planetas intermercuriales”, que para la época se planteaban como explicación al comportamiento anómalo del planeta más cercano al Sol. Luego de indicar el número de planetas descubiertos, destaca que:
Es muy posible y hasta probable, que descubrimientos nuevos, aumente en los años venideros, este número de planetas.
Latzina 1882, p. 15
Continúa con referencias sobre la búsqueda del hipotético planeta intermercurial (sin llamarle Vulcano), para finalmente incluir las predicciones de Le Verrier, sobre los apartamientos en grados del planeta para diferentes fechas, destacando que durante el tránsito de 1882 no sería una ocasión oportuna para su búsqueda.
Cuando se refiere a Venus, se menciona que:
Una cuestión no resuelta, es la de si Venus posee o no posee una luna…
Latzina 1882, p. 21
y enumera los astrónomos que aseguraban haber visto un satélite, aclarando que en su opinión estas observaciones fueron meras ilusiones.
Sobre Marte destaca los entonces recientemente descubrimientos satélites, Deimos y Phobos.
Al describir los asteroides, a los que le dedica un extenso espacio, Latzina incluye una lista de los 172 de estos objetos que habían sido descubiertos, señalando la fecha, nombre del descubridor y lugar del descubrimiento.
Al hacer referencia a Neptuno, como el planeta más lejano, llama la atención el hecho que destaca la palabra “actualmente”, dejando abierta la posibilidad de la existencia de otro cuerpo más lejano. En este apartado dedica varios párrafos a las circunstancias de su descubrimiento y las dificultades que se tendría para descubrir posibles nuevos planetas.
También dedica varios párrafos a los meteoritos, en los que rebate la hipótesis de su origen atmosférico y señala su posible vinculación con los cometas.
El último ítem de esta primera sección es titulado «Sistema», en el que se describen las distintas propuestas realizadas a través de la historia sobre el cosmos, terminando con Copérnico. Luego describe la idea existente en ese momento sobre el entorno estelar, con «forma de disco delgado o lenteja«, en el que el Sol se mueve en torno a un centro, destacando:
Aquí tenemos pues al Sol, que creíamos tan soberano en el universo, recorriendo su órbita como un vulgar planeta, peor aún, como un despreciable meteorito de 1 onza de peso[3]… Buen chasco se ha llevado nuestra soberbia!
Latzina 1882, p. 85
En la página 87 menciona la recién aparecida Uranometría Argentina, publicada por el Observatorio Nacional.
Finalmente, resulta interesante la descripción sobre las propuestas de cómo evolucionaría el universo y cómo sería su fin:
… hasta que toda la materia del universo, salvo un acto de alguna omnipotencia que se oponga a ello, acto que podrá admitir la fe, pero que la ciencia no admite, se haya reunido en una sola masa…»
o
» … y así continuará el universo en una serie inacabable de aniquilamientos de formas antiguas y de sucesivas creaciones de formas nuevas.
Latzina 1882, p. 94
Como buen profesor de matemáticas, Latzina no se priva de incluir algunas (varias) fórmulas a lo largo del libro.
En la segunda sección, se describe cómo se deduce la paralaje solar a partir de la observación de los tránsitos, incluyendo entre las páginas 100 y 101, una lámina con cuidados gráficos explicativos, divididos en cuatro figuras. Además, se detallan los diferentes métodos alternativos para hallar la paralaje, tal como la observación de Marte en sus oposiciones, o la observación de asteroides desde distintos observatorios en sus aproximaciones a la Tierra.
En la última sección, en la que se describe las circunstancias en que ocurriría el tránsito de Venus de ese año, se incluye un planisferio a dos páginas, en el que se señala la región en que sería visible el fenómeno.
Algunos datos sobre Francisco Latzina

Francisco Latzina nació el 2 de abril de 1843 en Brünn, capital de Moravia, hoy República Checa. Luego de una corta carrera militar en su patria natal y herido en batalla, Latzina viajó a la República Argentina en 1870, instalándose inicialmente en Buenos Aires. Conoció a Domingo F. Sarmiento, quien lo contrata en 1872 como profesor de Matemáticas para el Colegio Nacional de Catamarca. En abril de 1873 entró en contacto con el Dr. Gould, para ayudar con la determinación de la latitud y longitud de la plaza central de Catamarca, y en esa oportunidad se realizaron las primeras conversaciones sobre su posible incorporación al Observatorio Nacional. El 4 de junio de 1873 se trasladó a Córdoba, luego de ser designado ayudante de la institución el 26 de mayo de 1873, comenzando su trabajo con las observaciones para el Catálogo de Zonas. El 1ero de febrero de 1875 renunció para asumir la cátedra de Matemáticas en la Escuela de Minas en Catamarca, ciudad con la cual aún permanecía ligado. Regresó a Córdoba en 1876 para ocupar la cátedra de Matemáticas Superiores en la Academia Nacional de Ciencias, y el 14 de octubre en la recién formada Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Recibe el título de Doctor «Honoris Causa» el 13 de septiembre de 1880 en la Universidad de Córdoba. Ese mismo año abandonó la ciudad para hacerse cargo de la Dirección General de Estadística en Buenos Aires, puesto que ocupó a lo largo de 36 años, hasta su retiro a la edad de 73 años. Fue miembro activo del Instituto Geográfico Argentino. Su trabajo mereció numerosos reconocimientos nacionales e internacionales. Falleció en Buenos Aires, el 7 de octubre de 1922 a la edad de 80 años.
Agradecimientos
Al Encargado del Museo del Observatorio Astronómico de Córdoba, Dr. David Merlo, por el acceso al libro aquí incluido.
Referencia
- Latzina, F. (1882). El próximo tránsito de Vénus por el Sol. El 6 de diciembre de 1882, L. Jacobsen y Ca, Editores: Buenos Aires.
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Paolantonio, S. (2022). A 140 años del tránsito de venus de 1882. Libro de Francisco Latzina “El próximo tránsito de Vénus por el Sol. El 6 de diciembre de 1882”. Disponible en https://historiadelaastronomia.wordpress.com/documentos/LibroVenus1882/. Recuperado el … (indicar la fecha).
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[1] (volver) Los tránsitos de Venus, esto es, los pasos de este planeta frente al disco solar, ocurren dos veces cada 105 o 121 años, el último tránsito tuvo lugar en 2012 y habrá que esperar hasta 2117 para poder ver el próximo.
[2] (volver) Ver también “Francisco Latzina, El sabio que ayudó a constituir la República”, en este blog ( https://historiadelaastronomia.files.wordpress.com/2011/05/latzina2.pdf )
[3] (volver) A lo largo del texto, Latzina no utiliza exclusivamente el sistema métrico decimal, pues emplea también la legua, la libra y la onza.