Sí, el inquieto señor Perrine comenzó a programar la expedición siguiente a la fracasada de Rusia en 1914; que se convertiría en la última durante su gestión; se organizaría para el eclipse del 3 de febrero de 1916, cuya franja de totalidad comenzaba en el océano Pacífico, cruzaba el norte de Sudamérica, por Colombia y Venezuela terminando en el Atlántico. También de esta aventura con Santiago Paolantonio en nuestra obra “Córdoba Estelar” (CE), nos ocupamos…
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