El 2013 había prometido despedirse con el espectáculo astronómico del milenio, el ISON. Finalmente lo hizo con una nova débil en Centauro y un cometa normal en Bootes, entre tantas otras promesas incumplidas por todos.
Historia de la Astronomía recuerda que los actos están compuestos de tres cosas distintas; lo que se desea hacer, lo que conviene hacer y lo que se termina haciendo; o astronómicamente hablando, lo que uno desea que ocurra, lo que tendría que ocurrir conforme las normas y lo que al final termina acaeciendo por esa interrelación altamente dinámica, del sorprendente universo nuestro.
Lo cierto es que el 2013 parte para no repetirse.
Viene un 2014 que, con espíritu sincero, deseamos lo haga pleno tanto de realizaciones personales como astronómicas para todos nuestros amigos, que nos acompañan estimulándonos a permanecer; como así para las personas que aún desconocidas, aportan su esfuerzo y trabajo en procura del progreso de una humanidad que tanto lo necesita.
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