A partir de 1940, por propuesta del astrónomo holandés Willem J. Luyten, el Observatorio Nacional Argentino comenzó a colaborar en la búsqueda de estrellas enanas blancas. El descubrimiento de estas singulares estrellas, calientes y sumamente densas, provocó una pequeña revolución en el pensamiento astronómico a principios del siglo XX.
Las tareas fueron realizadas por Martín Dartayet y David Mc Leish, empleando el astrográfico y el gran reflector de 1,5 metros. Para 1950, del centenar de enanas blancas conocidas, la notable cantidad de 29 habían sido halladas en Córdoba, todo un logro que da cuenta de la calidad del trabajo llevado adelante.
Me sigo sorprendiendo con los descubrimientos y trabajos hechos en el complejo astronómico de Córdoba. Estudié astronomía, como aficionado, en Rosario durante varias temporadas con diversos profesores – incluso Capolongo- y en Astrofísica cientos de veces nos hablaron de las enanas blancas y jamas escuche que hicieran referencia a este importante aporte a la ciencia del universo
Estimado Ernesto, como siempre apreciamos mucho y nos da gran satisfacción tus comentarios. Saludos, Santiago